Unfuerte abrazo. En reali- dad se acabó hace ya mucho tiempo. Si es que alguna vez fue una verdadera amistad, porque eso depende. En cualquier caso, nunca fue lo que se dice un íntimo de la familia. Yo no recuerdo nada. De eso hace mucho tiempo. Yo no tengo por qué recordar con quién se tomaba unas copas mi marido.
La suya es, desde el principio, decisión implacable. Él, ya desde su regreso de París en , hace del periodismo su actividad fundamental, y varios de los textos de estas plaquettes son en su origen colaboraciones periodísticas. Tiempos-ay-tan lejanos del presente. Lo que fue desplante deviene actitud inalterable. En su visión él ya no es o él nunca quiso ser un poeta solemne sino un versificador accepted cuya suprema habilidad consiste en actuar mejor que nadie lo que él ni siquiera se digna recopilar.
Impresa sobre la pantalla de edificios terrosos que se recortan contra el cielo del amanecer, en primer plano, la retícula de la valla es fácil a la vista, como una apósito. La figura central, la que atrae la mirada, es un hombre que despliega los brazos en cruz y sujeta dos prendas como si afuera a hacernos señales con ellas y pudiéramos entenderlas. A sus pies, le da la réplica otro sentado que se repliega y se tapa los oídos. Otras fotos, ya legendarias, como la de los soldados americanos alzando la bandera americana en Iwo Jima, de Joe Rosenthal, o la Lecho Migrante de Dorothea Lange, con el tiempo, se han convertido en carteles, han perdido su carga documental, informativa o de denuncia y se han transformado en objetos vagamente decorativos. La imagen recoge un intento de bote, uno de los cientos que se producen en la valla de Melilla.
